Los falsos oráculos

¡Venid, hombres, consultad el oráculo de Google! 

Hallaréis respuestas para vuestras incesantes incógnitas. 

Para leer más sobre motores de búsqueda y oráculos les recomiendo esta reflexión que encontré y de la cual extraje la imagen. 

Nos hemos acostumbrado a consultar a los dioses digitales para encontrar respuestas a nuestras innumerables preguntas que a diarios nos asedian. Desde una simple búsqueda acerca de la temperatura actual, a otras relacionadas con cosas mucho más complejas como, por ejemplo, información sobre la semiología estructuralista musicológica en las obras de Mastropiero. 

Confiamos en lo que el oráculo nos dice, no lo cuestionamos. No obstante, olvidamos que existe una realidad peligrosa: hay sacerdotes y pitias que solo dan oráculos falsos y nos alejan de la verdad que buscamos. 

Pero ¿cómo saber, entonces, cuando un oráculo proporcionado por el oráculo creado por Serguéi Brin y Larry Page es confiable o no? De esto va la entrada de hoy, acerca de cómo evaluar sitios web para comprobar la confiabilidad de la información a la que nos es posible acceder. 

Desde el Ministerio de Educación de Argentina, nos dan una mano al proporcionarnos una serie de criterios que debemos seguir para poder evaluar sitios web. A continuación los resumo acá: 

• Autoridad: Esto hace referencia a que debemos prestar atención quién es el autor de la información de la página que estamos consultando.
• Actualización: debemos prestar atención si se incorpora información periódicamente en la pagina o si se hacen actualizaciones de los temas tratados. 
• Navegación: esto refiere a la facilidad que se le ofrece al usuario de ubicarse y moverse dentro del sitio. 
• Selección de contenidos: debemos considerar cuál es la organización de la información y cómo esta se presenta. También debemos prestar atención al lenguaje utilizado. 
• Legibilidad: en este punto consideramos la estética general del sitio y a la armonía de colores, fuentes y tamaños. 
• Adecuación del destinatario: este criterio hace referencia a si el contenido de la página está diseñado para sus destinatarios.

Siguiendo estos criterios, corremos menos riegos de recibir oráculos fraudulentos y de creer ciegamente en ellos. Es necesario comencemos a evaluar las fuentes de las que extraemos información para poder evitarnos disgustos o desilusiones. Tal como rezaba uno de los preceptos délficos: Ἀκούσας νόει, reflexiona sobre lo que hayas escuchado. 

Si quieren profundizar más, mi compañera Eva a introducido un interesante vídeo sobre este tema. Acá les dejo su entrada. 

¡Nos vemos!